SCHIARETTI: ¿A QUÉ JUEGA?


Schiaretti, confiando en curioso consenso, fue a Buenos Aires. Primero abrazó a Mauricio, como un raro apoyo político, luego intentó con Massa, Lavagna, Pichetto, Urtubey. Cuando advirtió que no era gallo de ese gallinero, se fue. Quedó claro que ignoró al único grupo peronista, es decir “Fernández, Fernández”.
Cuando volvió a Córdoba decidió la Lista Corta y “autorizó” a votar a cualquier candidato a Presidente, lo que bien traducido significa: “no voten a mi partido”. Burdo mensaje de un traidor (Así los titulaba Perón) que se dice peronista y no actúa como tal. Fue un triste consejo absolutista pro Macri, completado con una idea de “sucesión” monárquica, cuando tiempo antes decidió que la hija de De la Sota tendría algún cargo como candidata, por ser hija de su padre muerto.
Estos “juegos” tienen antecedentes que pueden dar luz.
Hace algunos años, Schiaretti tuvo vínculos con Fiat y Macri en San Pablo Brasil. (Años 90), cuando Mauricio Macri, era Presidente de “SEVEL”.
Franco, su padre, y su tío Jorge Blanco Villegas, eran socios y fueron procesados por evasión fiscal y contrabando de unos 13 mil vehículos, con perjuicios para el Estado por 450 millones de pesos dólares. En esa fecha Schiaretti volvió al país, y Macri lo hizo colocar en la Secretaria de Industria y Comercio de la Nación de Carlos Menem en 1991.
El decreto fue obra de Menem y Cavallo y lo ponía como guardián del “reordenamiento y regulación de la industria automotriz” (los negocios de los Macri y de la cordobesa Renault). Así quedó al frente del ente que debía “controlar” los negocios de importación de autopartes y automóviles, justamente para que no “controle”, facilitando el contrabando.
Los abogados de Macri en la causa por contrabando eran Ricardo Gil Lavedra, ex procurador de la Corte de Videla, que miró para otro lado cuando Cavallo estatizó la deuda de los Macri y los Blanco Villegas en 1981. Entonces Schiaretti era vicepresidente de Fiat Brasil, y el otro abogado de Macri, era Alejandro Carrió, abogado de Clarín y primo de Elisa Carrió.
Ahora aboga por disminución de los montos jubilatorios y mantiene la ley de privilegio para jubilados de los poderes del gobierno.
Esto no es una denuncia, es un acto de libertad que pretende mostrar la incoherencia de los que se dicen peronistas y operan como antiperonistas, con un absolutismo capitalista que brota por los poros.
JORGE SAPPIA OBREGON
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